16.12.09

Cada vez que miro a mi alrededor, me doy cuenta del pozo en el que se encuentra la mayoría de la gente. No saben mirar más allá de sus narices y se conforman con rogar al cielo esperando que algún dios misericordioso escuche sus tontas plegarias y se las conceda. Todos piden lo mismo: dinero, salud, amor, dinero, trabajo, dinero, amor, salud, trabajo... Hay que admitir que es muy original.
Con tantas idioteses que nos inculcan de chicos algunos quedan mentalmente limitados por lo tanto no me extraña nada que todo esto que me rodea tenga sentido para la mayoría.
Pero precisamente por eso, por ser mayoría, es por lo que es más fácil que estén equivocados. Sin ir más lejos, la Tierra siempre fue plana, y lo creía la mayoría de la gente.
Me doy cuenta de lo difícil de mi situación, una oveja negra y descarriada en busca de una cruzada sin sentido aparente para toda esa gente creyente de ésta y otras religiones. Perfectamente podría ser declarado hereje, sacrílego, etc...
Toda religión no es más que una simple manifestación de miedo e impotencia ante lo desconocido, a la cual nos someten desde pequeños, imponiéndonos ideas equivocadas, mentiras sobre un dios que lo puede todo y que crea planetas, estrellas y un universo de la nada. Desde luego que yo no puedo hacer nada para parar esa máquina de hacer dinero que es la Iglesia. Y lo pongo en mayúscula por que es el nombre de una empresa (Iglesia S.A.)
La gente busca en la religión lo que es incapaz de encontrar en ella misma. Todo lo contrario a lo que habría que hacer. Miremos hacia abajo, hacia donde estamos y preguntémonos:
¿Acaso el hombre no crea como un dios?
¿Acaso el hombre no destruye como un dios? ¿Acaso el hombre está por debajo de algo inexistente como esos dioses? Sí, el hombre CREA. Sí, el hombre destruye porque crea. Pero no busquemos más allá del hombre, más allá no hay más allá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario